HARDGORE

– Me alimentaba mal y aun así sacaba primeros lugares en la básica. Aprendí a leer y a escribir a los 4 años, y comía puro pan amasado con leche. Fui adoptado por mis tíos que me rescataron a los 5 meses del desquicio de mis padres. Estaba desnutrido y sin vacunas. Mi papá terminó abandonándonos y mi madre se volvió más loca.

– ¿Eso te motivó a llegar acá?

– Así es, no tuve una buena infancia ni tampoco una buena educación.

– Triste tu historia, ¿y como te fue en tu vida amorosa?

– Muy mal. Mis pololas terminaban dejándome. En un principio pensé que era mi timidez por los problemas de familia, pero con el tiempo me di cuenta que era por mi pene.

– ¿A si, y por qué?

– El tamaño de mi pene no es normal. Más que placer les doy dolor.

– ¿A ver? Muéstrame

– ¿Está hablando en serio?

– Por supuesto. Ese es tu curriculum.

Se desabrocha la cremallera y se baja el pantalón.

– Efectivamente es grande. Para tenerlo flácido está grande.

– La verdad para mí no es una virtud tenerlo de este tamaño.

– Bueno, por eso llegaste a este lugar, te demostraré que es una virtud que pocos tienen. Piensa que, de acuerdo a un estudio realizado en Latinoamérica, se determinó que el 95% de los hombres tienen una longitud de 15 cm aproximadamente, como promedio. Y eso significa que, de cada 100 hombres, solamente cinco tienen penes más largos, sobrepasando los 16 cm. Y tu estas más que dotado.

– ¡Gracias, que bueno que en este trabajo el tamaño si importe!

– En lo absoluto, aquí no necesitamos cerebro, solamente hacemos fama por el tamaño del pene y por la forma de utilizarlo.

Por fin el joven estaba a punto de conseguir un trabajo digno para él. Estuvo mucho tiempo en busca de una oportunidad laboral con infructuosos resultados.

– Te presento a Liz, ella será tu compañera en la escena.

– Hola Liz, mucho gusto.

Una mujer desnuda junto al guionista pasa por el pasillo saludando a los presentes.

– Liz es su nombre de escena y tú serás Elías, ¿estás de acuerdo? –

– Si claro

– Muy bien, entonces como ya te sabes el libreto, anda a bañarte y vuelves desnudo y perfumado. Aquí nosotros prepararemos a Liz

Elías con plena confianza se dirige al baño porque quiere dar lo mejor en su primera actuación, por lo mismo estudió toda la noche el libreto y sabe que la escena va a consistir en tener relaciones sexuales con la mujer que acaba de conocer, pero no en el mejor de los contextos, debe fingir ser un secuestrador y sacar lo peor de él para convencer a su jefe y poder firmar el contrato para la película.

Mientras Elías se bañaba le pasó algo extraño e inusual que no le dio importancia, se le acabó en agua de la ducha y se apagaron las luces quedando a oscuras. Caminó con champú en la cara hasta la puerta y fue ahí donde sintió una extraña risa de un niño, algo que para él era imposible. Entonces poniendo más atención le golpean el trasero y se enciende la luz.

– ¿Qué te pasa hombre?, te estamos esperando – Era el diseñador que vino a apurarlo.

Luego de un momento estaba todo preparado y las luces bajas dejaron un ambiente sombrío propicio para el escenario en una aparente sala de clases avejentada de un colegio abandonado, y en el centro una cama que es objetivo de cuatro cámaras de alta resolución.

En ese entonces llega el actor confiando en que personificará el mejor papel de su vida.

– ¿Pero ella no es Liz? – Pregunta extrañado.

– No te preocupes, tuvimos que cambiar a la actriz en último momento. Pero todo sigue igual, esta mujer tiene mucha experiencia en actuación, no es la primera vez que lo hace.

– De acuerdo, lo que usted diga.

Se convence el actor al ver a una mujer en ropa interior amordazada y amarrada en la cama. Al parecer estaba dormida esperando que comience la escena.

– ¡Tú debes hacer todo lo que yo te señale y no salirte en ningún momento del libreto! ¡Recuerda que debe salir tan real que debe convencer a quienes nos están viendo!

– No lo voy a defraudar director.

– ¡Escucha, ella es tan profesional que en algunos momentos te hará dudar! Tú sin divagar.

– Ok

– Recuerda, sin divagar.

Entonces el actor porno entra a escena.

– ¡Luz, cámara, acción!

Liz abre los ojos por las cachetadas del secuestrador y despierta un poco aturdida, mira hacia todos lados entrando en razón y se percata que se encuentra en una habitación que la aterra completamente no pudiendo moverse ni gritar por ayuda. El único movimiento que puede hacer para defenderse es esquivar los besos que el secuestrador quiere darle en la cara. La impotencia que reflejan sus ojos por no poder esquivarlos y escapar de la situación termina en lágrimas que mojan la roñosa sabana.

El secuestrador lentamente besuquea todo el cuerpo de la víctima convenciendo al director que él es el actor idóneo para interpretar ese rol, entonces después de cinco minutos recibe la primera señal y se levanta a buscar entre varias herramientas una tijera.

Liz asustada ve la espalda de un hombre que desconoce y peor aún con una tijera en la mano sin destino aparente. Se le acerca y comienza a realizar la mejor de las peores alternativas macabras inimaginables que pueden pasarle en esa situación. Quedó completamente desnuda ya que el secuestrador le cortó sutilmente toda la ropa interior actuando para la cámara, resaltando sus partes íntimas besando los pequeños senos endurecidos por los asustados nervios. Fue en ese momento en que emergió la mejor actuación de Liz al ver que el actor se para en la cama con el pene erecto en la mano y con un destino aparente, ella se retuerce entre las amarras tratando se soltarse y escapar de ese lugar evidenciando a la perfección su rol como víctima de secuestro.

Todo va perfecto hasta ahora, la sonrisa del director refleja la felicidad con la que ve subir las visualizaciones en línea. Y no solo por eso.

– Sigue subiendo…paguen por ver, paguen por ver. – Reacciona en silencio compartiendo su alegría con el camarógrafo.

El secuestrador tira las sobras de la ropa interior al suelo y se arrodilla entre las piernas amarradas de la víctima para decirle con voz sobre actuada.

– Después de hacerte el amor muchachita hermosa. Llamaremos a tus padres para pedir la recompensa.

Por el contrario, Liz continúa con su mejor actuación y solamente grita para ella cuando Elías la penetra.

Los lentos movimientos del hombre al ir y venir, subir y bajar remarcan los músculos de las extremidades y el dorso para la cámara.

– ¡Golpéala! – Se escucha un grito bajo.

Entonces la cachetada removió el pelo de la mujer para darle agresividad a la escena porno.

– Sigue…sigue golpeando.

Así subían exponencialmente las visualizaciones y al mismo tiempo la cuenta corriente del director, a medida que más se intensificaba la violencia y el sexo hardcore los internautas pagaban por ver.

Después de un largo momento de sexo en la misma posición, toca el turno de dar vuelta a la víctima para el sexo anal. Entonces Elías golpea nuevamente el rostro de la mujer y la amenaza con la tijera hundiéndosela en el sudoroso cuello. Todo estaba preparado y pauteado para el cambio de posición, pero por alguna razón la mujer pataleó más de la cuenta al sentir sus piernas desamarradas y golpeó en la cabeza al hombre dejándolo atolondrado por unos segundos, entonces vacilante pensó que la mujer se estaba saliendo del libreto o que exageró demasiado ese momento, así que con más ímpetu siguió representando el mejor papel de su vida.

– ¡Imbécil!

Le da un puñete en la cara haciendo que la sangre entre a escena y fluya por los senos de la mujer. Luego le vuelve amarrar las piernas en las esquinas de la cama y comienza la penetración anal ostentando en cámara el tamaño de su pene.

En ese momento el placer es interrumpido por una puñalada que atraviesa el hombro de Elías y la punta del cuchillo alcanza a ser vista de reojo por la mujer antes que el secuestrador grite despegándose de su espalda repentinamente. El afilado cuchillo quedó atorado entre las carnes y sin entender ahora ambos actores gritaban, ya que la escena dio un giro radical al ver al guionista y al diseñador con actitud prepotente y desquiciada.  Sientan en la cama a la mujer y le sacan la mordaza para que pueda decirles algo.

– ¡Por favor ayúdenme, sáquenme de aquí!

Fue lo primero que grita la joven sorprendiendo a todos los espectadores detrás de cámara y sobre todo al novato actor. Luego la vuelven a callar.

– ¿Qué está pasando, cambiaron el libreto? – Pregunta afligido desde la cama y sin poder moverse.

Como respuesta recibe un dedo en la boca para que haga silencio.

Aquí es cuando la realidad supera a la ficción como dicen por ahí. Ya que los nuevos personajes arrodillan al director y al camarógrafo ensangrentados frente a las cámaras en vivo y en directo. Era notorio que los agredieron sorpresivamente con algo contundente por la espalda.

– ¡¿Qué hacen huevones?!, ¡esto no es parte de la escena!

Un punta pie en el estómago lo calla para luego abrirle la boca a la fuerza, mientras que el diseñador saca de una pequeña caja de metal una bola de acero al rojo vivo y con las pinzas lo muestra a las cámaras.

Liz, Elías, el camarógrafo y más de treinta millones de espectadores fueron testigos de cómo el individuo suelta la bola de metal al rojo en la boca del director y este desesperado trata de zafarse para botarla, pero era imposible ya que lo tenían amarrado con la mandíbula presionada con ambas manos. Lo único que pudo salir de la boca fue el humo que inmediatamente dejó un horrible hedor a carne humana quemada y se podía ver entre la piel del cuello el rojo de la bola y algunos principios de fuego y ceniza que tratan de encender la garganta. El director comenzó a convulsionar de tanto dolor y lo sueltan para que todos sean testigo de cuanta demora en tomar su camino al infierno, mientras la ardiente bola toma su camino al estómago.

Luego de la sangrienta escena toca el turno del camarógrafo, entonces lo comienzan a desvestir golpeándolo para que deje de defenderse y facilite la tarea. Poco a poco y con violentos zamarreos y golpes en el cráneo lo dejan desnudo en el centro del cuarto, de rodillas para recibir el castigo.

El guionista sin decir nada, pero refiriéndose al público con movimientos corporales, anuncia que le cortará los dedos al camarógrafo de a uno en uno como ante sala para causarle dolor y no se desmaye cuando le comience a abrir el pecho. Porque eso fue lo que comenzó a hacer delante de los aterrados y el mundo. Enterró la punta del cuchillo en el ombligo y con el filo empezó a abrir la piel y la carne hasta llegar al pecho. El desgarrador grito del camarógrafo no fue un factor de conmoción para sus colegas que siguieron con el castigo abriendo con las manos la piel de ambos costados del pecho para mostrar las costillas. La mujer detrás de ellos experimenta al mismo tiempo el reflejo nauseoso mientras que Elías llora arrepentido por haber aceptado este trabajo.

– Yo solo quería ser actor

Habla con voz baja sobre la sabana que poco a poco mancha con sangre sin comprender la situación en la que se ve envuelto, porque aun teniendo un cuchillo atravesado en el hombro, no precisa si la actuación continúa o definitivamente se transformó en un hecho real. Entonces continúa expectante a la macabra escena donde las entrañas exhibidas al mundo tienen con la consciencia moribunda al camarógrafo que, habiendo resistido la extracción y rotura de tres de sus costillas con un alicate, colapsan las ganas de vivir cuando el diseñador entró con dos perros hambrientos y los dejó morder y comer toda la carne sangrienta de su interior, fue ahí donde el corazón dejó de latir, despedazado dentro de la mandíbula de un animal.

Elías intenta sacarse el cuchillo inútilmente, pero no tiene fuerza para lograrlo y solamente la ayuda que Liz pueda brindarle le servirá, sin embargo, la mujer se encuentra en un estado mental perturbado y mira aterrorizada el lugar. Ella no sabe la razón por la que fue secuestrada y luego violada por un hombre que no sabía que cometía un delito, que actuaba para complacer a un loco director que realiza transmisiones en línea de sexo en vivo.

– Oye Liz, ayúdame a sacarme el cuchillo-

Le pide ayuda disimuladamente, pero la mujer no puede reaccionar ante la horrorosa escena gore que tiene al frente. Dos caninos comiéndose a un hombre y un cadáver quemándose con una bola de metal al rojo vivo. Por esa razón ambos estaban de acuerdo en que son los próximos en morir.

A los perros les quedaba poca carne de un cadáver y comenzaron con el otro, mientras que los asesinos tomaron otros elementos para el siguiente asesinato.

El diseñador comienza a enrollarse alambre púa en la mano derecha sin expresar que siente dolor, aunque se le desgarre la piel. En cambio, el guionista se saca la polera y levanta los brazos frente a la cámara para recibir los puños de su colega. La piel y los trozos de carne quedan colgando en la espalda y pecho del guionista y esté no gesticula ningún signo de dolor, ambos estaban quizás bajo los efectos de alguna droga.

– Liz…Liz, por favor tenemos que salir de aquí.

Un nuevo intento de Elías para escapar y con un sobresfuerzo se acerca a la joven para sacarle la mordaza.

– Vamos Liz, escapemos juntos.

– ¿No te das cuenta?, vas a morir. – responde la joven.

– ¿Qué estás diciendo?, aún podemos irnos. – Mientras le desabrocha las manos.

En ese momento la joven Liz lleva sus manos a la cara y luego al pelo, sus ojos se desorbitaron y comenzó a balbucear palabras sin sentido. Se levanta de la cama y en un estado de esquizofrenia empezó a tirarse el pelo hasta desgarrarlo del cuero cabelludo, era evidente que había entrado en un delirio o trastorno mental grave que descolocó a Elías.

El joven más impactado aún por ver el comportamiento de la joven trata de alejarse llamando la atención de ella. Pero no podía levantarse de la cama por el dolor que le provocaba el cuchillo atravesado en el hombro, entonces sucumbió al terror de ver a la endemoniada joven acercarse lentamente a él para asesinarlo, porque ya no era la actriz que él violó anteriormente, era una entidad o personificación distinta dentro de ella que mostraba rasgos en su cara. Muy parecidos a los que mostraron en la agresividad sin sentido el guionista y diseñador.

La joven con la cabeza ensangrentada y calva grita frente de Elías y le saca el cuchillo repentinamente para darle otra puñalada en la espalda, pero con menor profundidad por el reflejo defensivo que aminoró la cuchillada. Luego logra bajar de la cama empujando a la mujer y sale con gran esfuerzo del lugar para escapar de la muerte. Trata de correr por el pasillo dejando atrás al diseñador cortando la cabeza del guionista con el alambre púa como si el cuello fuera el tronco de un árbol. Recorre pasillos y puertas cerradas hasta encerrarse en un cuarto que parece una vieja cocina y busca un objeto corto punzante para defenderse, sabe que detrás de él viene Liz, pero como no encuentra nada rompe un viejo espejo y toma el pedazo más grande para defenderse. Y así fue, la joven entra en busca de su agresor invirtiendo los papeles iniciales de la escena, pero esta vez con un contexto diabólico y macabro, porque Elías no dudó en sorprender a la joven por la espalda y enterrarle varias veces el vidrio hasta que cae al suelo, luego siguiendo su instinto de sobrevivencia se sienta sobre ella y le entierra el trozo afilado de vidrio en los ojos y en la cabeza para que no vuelva a levantarse. Una vez eliminada la amenaza vuelve a correr desenfrenado por los pasillos buscando la salida y entra nuevamente en un cuarto que parece una oficina con ruines ficheros pegados en la pared que le llaman la atención cuando lee uno.

«La matanza de la Escuela Santa María de Iquique fue un terrible suceso histórico en el que trabajadores del salitre fueron asesinados violentamente, echo cometido en Chile el 21 de diciembre de 1907. Diversas fuentes afirman que las víctimas fueron violadas, torturadas y asesinadas con macabros métodos de tortura militar, entre ellos hombres mujeres y niños.»

Elías estupefacto dejó de leer la nota y comprendió inmediatamente en lo que estaba involucrado, le dio significado inmediato a la risa del niño que escuchó anteriormente y sobre todo al macabro comportamiento del staff de grabación. La escuela abandonada en la que estaba era el sitio idóneo para transmitir pornografía ilegal, pero el loco director desconocía la historia o maldición del sitio que arrendó. Se miró la mano derecha con la que tomó el vidrió y se sorprendió al tener los dedos cortados y algunos colgando sin piel por matar a Liz. No sintió el dolor.

– Elías

Una voz entre la penumbra lo saca del incierto y lo obliga a mirar atrás. Se acerca lentamente y ve a la actriz con la que en realidad debía hacer la escena. Ella se le acerca desnuda, ensangrentada, con los senos desgarrados y con las piernas cortadas hasta la rodilla, ya había sido víctima de una tortura.

El joven Elías ya no fue capaz de razonar por sí mismo, había perdido toda consciencia humana e instintivamente caminó a su encuentro y se dejó morder poco a poco la cara hasta quedar sin rostro, luego se dejó llevar por la mujer y entraron a otro cuarto en el que había una silla eléctrica de tortura, se sentó en ella y le fueron conectados los electrodos, uno en la cabeza y el otro en los genitales. Así el voltaje inicial rompió la resistencia de la piel del actor y luego comenzaron a quemarse los órganos internos hasta incinerarse completamente todo el cuerpo.

 


Autor: consciencia12

Imagen: internet