– ¡Buenas tardes, adelante!
– Gracias señora.
La pareja visitante entra y toma asiento.
– Díganme. ¿Qué los trae a mi consulta?
Una mujer de no más de 55 años mira nerviosa a su padre de 78 años y angustiada responde.
– Mire señora…
– Llámenme Endora, soy la clarividente Endora.- La interrumpe.
– Ok señora Endora. Mire, nos dijeron que usted es una muy buena vidente y me la recomendaron.- responde afligida.
– Así es, algunos me llaman bruja.
– ¡Señora por favor!, necesitamos su ayuda. ¡Por favor!
La señora se envuelve en llanto y su padre la abraza y dice.
– Ya hija cálmate, cálmate.
Luego hace una pregunta.
– ¿Qué tan buena es usted en clarividencia?
– Soy clarividente y parapsicóloga, tengo una capacidad profunda de percibir entidades en el entorno y una agudeza mental para predecir comportamientos.
– ¿Pero puede darme un ejemplo?
– Buuuuuuuu, tengo tantos. Pero hace unos días atrás me visitaron dos jovencitas y una de ellas traía consigo un mal. La acosaba sexualmente en los sueños húmedos una entidad fantasmal. Pude detectarlo en la orina.
-Eeeeeeh, ¿pero me puede dar una más convincente?
– Mire señor. Si ustedes necesitan mi ayuda debo disponer de su confianza para hacer mi trabajo.
– Le entiendo pero es que es grave por lo que estamos aquí.
– Ok, le daré un mejor ejemplo.
– La escuchamos.- responde con incredulidad.
– Detrás de ustedes entró una menor de 12 años.
Ambos miran hacia atrás para ver a la niña, pero no había nada. Solamente la puerta cerrada del cuarto.
– No hay nadie. Solo vinimos nosotros dos.- le dice él.
– Nunca le dije que la niña estaba viva.
Ambas personas se asustan y se miran entre ellos asombrados.
– Es un espíritu de una niña, un fantasma en pena. No estoy muy segura aún. Pero de lo que estoy segura, es que es la razón por la que vienen a verme.
– Si señora, por eso estamos aquí.- Se repone la mujer.
– Entonces díganme.
– Mi hija, es mi hija señora Endora. Mi niñita desapareció hace una semana y no la pudimos encontrar.- La mujer vuelve al llanto descontrolado.
– Calma hija, yo sigo. Mi nieta Tomasa desapareció señora Endora. No la encontró carabineros ni nadie. La buscamos con los vecinos del pueblo y tampoco. Le aseguro que recorrimos todo el campo buscándola.
– Entiendo.
– Por eso estamos acá.- Vuelve a hablar la madre de Tomasa- Queremos que usted nos diga donde está ella, donde está su cuerpo.
– ¿Y que la hace pensar que su hija está muerta?- Pregunta Endora.
– El espíritu de ella, el que nos sigue. Por eso confiamos plenamente en usted ahora, porque pudo ver a mi hija. Necesitamos encontrar su cuerpo para darle un entierro digno.- Responde la madre.
– ¿Trajeron una prenda de vestir de Tomasa?
– Si, aquí traje su polera.- La madre saca la prenda de su morral.
La bruja Endora toma la polera, la abre y deja sobre la mesa, luego la estira y aplana con sus manos para luego esparcirle una yerba molida que obtiene de un frasco, que elije entre tantos que hay en un organizador detrás de ella.
La pareja de afligidos queda mirando a la clarividente cuando cierra los ojos.
– El fantasma de su hija, ¿los está acechando cierto?- Pregunta Endora
– Si señora, a toda la familia en la casa. Se aparece a veces y se caen las cosas, se escuchan gritos de ella y a veces en la noche la sentimos llorar.- responde la madre.
– ¿Desde cuándo están pasando estos eventos paranormales?
– Desde hace tres días. El primer día fueron solamente apariciones, el segundo día la escuchamos llorar, pero ahora se caen las cosas.
– Tenemos miedo de que atente contra alguien de nosotros.- Agrega exaltado el abuelo.
– Cuando los eventos se tornan gradualmente más violentos.- explica Endora- Significa que algún o algunos demonios toman la imagen de un ser fallecido y violentan a la familia. Estos seres de luz se alimentan de la energía de las personas y cada día son más poderosos hasta el punto de llegar a los ataques físicos, o peor aún la posesión del más débil del hogar.
– Tengo miedo de ser yo señora Endora.- exclama el abuelo asustado.
– ¿Por qué crees ser tú?
– Porque anoche acostado, me despertó una voz. No quise levantarme y me quedé quieto en la cama a oscuras y sentí pasos en la pieza, incluso algo caminó por arriba de mi cama.
– Es verdad señora Endora.- Confirma la hija.- Mi papá es el que más ha sufrido por este espíritu. Yo entré a la pieza de mi papá porque lo sentí quejarse, como que se ahogaba, y cuando abrí la puerta vi a mi hija sobre él ahorcándolo.
– ¿Seguro era tu hija, niña?
– Si señora, como su madre la reconocí y le hablé. Le grité “hija deja a tu abuelo”. Entonces recién ahí lo dejó, pero corrió hacia mí de una forma extraña, como si galopara, como un animal. Fue horrible. Se acercó agresiva y me pegó una cachetada muy fuerte y después saltó por la ventana quebrando el vidrio.
– Ok, veo que la entidad ya tiene poder para manifestarse físicamente y agredirlos. Lo que puedo hacer es hablar con el espíritu. Y así saber que quiere con ustedes, con su familia.
– ¿Puede hacer eso?, hágalo por favor, pagaremos lo que nos pida.
Sugiere el padre y su hija continúa.
– Si por favor. Quiero que le pregunte donde está mi hija, y si ese espíritu es mi hija, por favor guíela a la luz para que vaya al cielo.
Endora se levanta y mira a un rincón de su consultorio, sabe que ahí está el espíritu del demonio al acecho, esperando pacientemente. Lo veía. Cierra las cortinas y enciende una vela de gran diámetro en el centro de la mesa y le coloca un colgante al abuelo y a la madre, ambos con una cruz de madera. Se vuelve a sentar, pero antes refuerza la puerta con llave y enciende un incienso.
– Ahora nos daremos los tres la mano. Pero ustedes por ningún motivo deben soltarse a menos que yo se los pida. Eso es muy importante. Aunque escuchen una voz que no sea la mía, ni menos si algo los toca.
– Ok, si.- Responden a dúo.
– El colgante los protegerá del espíritu, es decir, fortalecerá su espíritu para que no desista frente al demonio y evitará ser poseídos.
La habitación quedó completamente oscura y solamente la luz de la vela ilumina desde el centro de la mesa. Los tres se toman de las manos y cerraron los ojos. No debían abrirlos por ningún motivo, fue otra importante indicación ordenada por la bruja Endora.
– “Sé que estas aquí demonio. Te veo.”- Comienza el ritual.
– Acércate a mí, te lo permito. Cuéntame tu aflicción, tu tormento.
El silencio era tal que solamente el respirar de las tres personas se expandía en la habitación.
– Estas errante, estas equivocado, dime si eres Tomasa o has tomado su forma. Yo puedo…
En ese momento la mesa comenzó a vibrar y Endora pidió no abrir los ojos ni soltarse las manos, luego con más fuerza la mesa se movía y se levantó lentamente hasta que la entidad se paró sobre ella y miró fijamente a los ojos de la bruja. El golpe de la madera en el piso advirtió el peso.
Los tres tenían los ojos cerrados y respiraban agitadamente sin saber ni ver a la niña sobre la mesa, solamente escuchaban una risa burlesca y luego un llanto fingido. Pero la bruja debía pasar a la segunda parte del ritual y esa parte consistía en abrir los ojos delante del demonio.
El abuelo y la madre de Tomasa quedaron expectantes por varios segundos hasta que la bruja les soltó las manos justo con el fuerte golpe que resonó cuando la puerta la cerraron con fuerza.
– ¡¿Que pasó!?- Pregunta el abuelo
– ¿Lo logró señora Endora, le dijo dónde está mi hija?
– Dame un segundo niña. Tengo que ir al baño.- responde la bruja.
Ambos se miran impacientes y sorprendidos por lo vivido, ya que sintieron algo intenso, pero breve.
Después de alrededor de 20 minutos, Endora sale del baño y vuelve a su lugar. Ambos la miran expectantes.
– Han oído alguna vez la palabra Doppelgänger.
– No
-No
– Doppelgänger se define como doble fantasmal, es un término alemán. Es un doble fantasmagórico de una persona y puede ser malvado o bueno.
– ¿Y eso tomó la forma de mi hija?-Pregunta la madre.
– No necesariamente niña. Esta entidad era tu hija o parte de ella. Y eso significa solamente una cosa.
– Que cosa, no entiendo lo que dice.- La madre comienza a sollozar.
– Que tu hija está viva, niña.
La madre comienza nuevamente el llanto y pregunta descontrolada donde se encuentra su hija.
– El gemelo malvado de tu hija te lo estuvo diciendo estos tres días, niña.
En ese momento entra a la consulta un extraño hombre que vestía de jean negro y camisa blanca abierta en el cuello.
– ¿¡Todo bien!?
Le pregunta la bruja al hombre y este asiente con su cabeza una afirmación. La pareja lo observa y no se imaginan quién es y no entienden nada de lo que está pasando.
– Te explico niña.- comienza otra vez.
– Me contaste que viste a tu hija correr como un animal, ¿cierto?, como si estuviese cabalgando.
– Si- responde secándose los ojos.
– Ella te entregó un mensaje, niña. Luego te golpeó con esa cachetada por la rabia que tiene tu hija por no saber interpretar sus mensajes.
– Sabes hija vámonos mejor. Parece que no conseguimos nada. Me estoy asustando con tanto misterio.
El abuelo se levanta insistente y lo obligan a sentarse.
– Es fuerte lo que te voy a decir ahora, niña.
Aquí explica el misterio
– Pero este hombre que tienes al lado. Al que llamas padre y tu hija lo llama abuelo, tiene encerrada a Tomasa en el establo.
– ¿Pero qué mierda está diciendo? ¡Como se le ocurre!
– ¡El doble fantasmal de tu hija estaba ahorcando a su abuelo porque es culpable de secuestrarla, encerrarla, golpearla y violarla!
– ¡No puedo creer lo que dice!- La madre impactada llora desconsolada.
– Tu hija moribunda sufrió una bilocación para darte señales de donde se encuentra. Cuando corría como cabalgando te insinuaba los caballos. Los gritos que escuchabas eran de los golpes y violación de este degenerado que llamas padre.
El abuelo se sintió presionado y trató de irse de la habitación, pero fue reducido inmediatamente por el detective que estaba en la puerta.
– Cuando fui al baño, niña. Llamé al Detective Marco para avisarle donde estaba tu hija encerrada, y efectivamente la encontraron por la polera que me trajiste. El doble de tu hija se la llevó y me vislumbró el camino.
Entra a la conversación el detective Marco Jensen.
– Así es señora. Su hija estaba encerrada, pudimos encontrarla por la polera que la señora Endora menciona. Lamentablemente la encontramos en muy mal estado y agonizante. Este hombre la golpeó y la violó reiteradas veces. Lo tengo que llevar detenido inmediatamente.
El detective se lleva al degenerado abuelo y la hija queda sentada llorando sin comprender el motivo por el cuál su padre cometió la terrible desgracia. En pocos minutos después entra otro personal policial para llevar a la madre al hospital junto a su hija.
– Antes que te vayas, niña- La detiene la clarividente tomándole el hombro.
– Dígame señora Endora.
– Tu hija me miró a los ojos y me hablo niña, así que prepárate. Tu papá no era el único pervertido de tu casa. Es el último.
Continuará…
Autor: consciencia12
Imagen: Internet