Guillermo esperó pacientemente hasta que su familia estuviera dormida; se levantó, se puso un abrigo sobre el pijama y bajó al primer piso sin encender la luz. Estaba decidido a enfrentar el mal que aquejaba a su familia, tenía la certeza de que las incesantes enfermedades de sus hijos, lo mal que le va en el trabajo, las peleas con su señora y sus frecuentes dolores de cabeza eran producto de una maldición. Leyó en el libro “Mundo Paralelo” que las tres de la mañana es la hora en la que los demonios vagan libremente por el plano material y que es posible verlos si llegamos a un estado mental idóneo. Era ese el motivo por el cual se sentó en medio de la alfombra cruzó sus piernas y cerró los ojos concentrándose en solo escuchar.
02: 58 am
La oscuridad que lo rodeaba dentro de su casa igualaba al absoluto silencio y su concentración perdía la brújula mental que desorientaba su existencia, perdía la percepción espacial, no sabía si seguía entre los vivos o los muertos. En el momento en que imaginó a una jauría ladrar incesantemente supuso que el vórtice entre los planos se estaba abriendo, entonces el repentino callar de los caninos determinó la hora exacta.
03:00 am.
La temperatura bajó, se notaba en el respirar de Guillermo y en su piel erizada, aun así, la concentración debía mantenerla hasta lograr su objetivo. Comenzó a sentir débiles risas de niños, como también gritos de auxilio. Sospechó que un espectro lo miraba de muy cerca y le respiraba en el oído. Guillermo tenía toda la razón, una figura de negro estaba al lado de él y le confirmaba que había logrado estar en ambos planos y ya podía abrir los ojos.
03:05
Ya no podía sentir miedo a esta altura de la experiencia, entonces abre los ojos y se impresiona porque todo lo que conoce está en sentido inverso, como si estuviera dentro del espejo. Escucha pasos en el segundo piso y sube rápidamente a enfrentar a la maldición. Llega al cuarto de los niños y descubre que la silueta negra estaba a punto de tocar a sus hijos.
– ¡Espera no los toques! – Le grita desesperado. – por favor, deja de maldecirnos todas las noches.
La petición de Guillermo era una súplica hacia el espectro. Estaba decidido a terminar con sus años tortuosos.
– Solo hay una manera para que me detenga. – Le dice el espectro con voz de nadie.
– Dime cuál es y yo lo haré.
El espectro camina hacia Guillermo y se para frente a él. Su impresionante altura tapó el techo y forzó a Guillermo a mirar hacia arriba para sólo encontrar oscuridad.
– Yo fui enviado a tu casa, fue enviado a maldecir tu buena fortuna y debo hacerlo todas las noches.
– ¿Quién te envió?, si yo no tengo enemigos.
– No puedo ver los pensamientos de los vivos, pero soy testigo de sus acciones. Te sorprenderías la cantidad de enemigos que se forman entre ustedes; por envidia, por caprichos amorosos, por vicios, o simplemente los controla un sentimiento de aversión.
Por su mente pasaba mucha gente y no encontraba a nadie que pudiera haber maldecido a su familia, no encontraba a nadie que le haya dado sospechas de envidia, odio, ni menos conflictos amorosos.
– Pero dime, ¿Cómo terminamos esto? ¡Por favor!
– Una maldición concebida nunca acaba, yo ya soy esclavo de la ambición de tu enemigo y debo maldecirlos hasta la eternidad.
– Debe haber algo que pueda hacer, ¡algún conjuro!, llevo mucho tiempo sufriendo con mi familia, ¡por favor ayúdame…! – Guillermo estaba desesperado.
– Toda maldición acaba con la muerte de la vasija.
– ¿Qué quieres decir con eso?
– La vasija es la persona objetivo de la maldición, es la persona de aquel rostro quemado en la foto del conjuro. Esa persona eres tú Guillermo.
Las lágrimas se congelaban en el rostro de Guillermo, estaba desconsolado. La noticia que recibió del espectro era espantosa. Acaba de saber una regla fundamental de las maldiciones de la propia voz de una de ellas y en el mundo de los muertos.
– Ok, estoy dispuesto a sacrificar mi vida por el bien de mis hijos y mi esposa.
Se seca las lágrimas y toma valor desde el dolor de su alma. Baja a la cocina con el espectro al lado y con el cuchillo más grande atraviesa su pecho partiendo su corazón en dos.
03:20
El cuerpo muerto de Guillermo está formando una gran mancha de sangre en el piso de la cocina y el espectro era testigo de cómo el espíritu de Guillermo se levanta en el plano inmaterial.
– ¿Qué está pasando? – Pregunta al espíritu.
– Acabas de levantarte Guillermo y ya han pasado tres años. Estuviste en el limbo y la energía de tu hogar te trajo de vuelta.
Estaba claro, era de día y Guillermo contento corre al segundo piso a ver a sus hijos, se conforma con solo verlos ya que no podía tocarlos. Estaban los tres más grandes, estaban los tres muy sanos y fuertes, los veía feliz jugando. La maldición en ese hogar ya no existía. Escucha la voz de su esposa en el patio y baja a verla, ahí la encuentra tendiendo un calcetín. La mira con su rostro enamorado y se regocija con su aroma, trata de abrazarla, pero era inútil. Guillermo pertenece a un plano inmaterial.
Sin embargo, el infierno para el espíritu llegó cuando ve entrar a la casa a su mejor amigo, ya que entra con sus propias llaves, sube a saludar a los niños, luego sale al patio y abraza y besa a su esposa dándole un fuerte apretón de nalgas.
– Él es el quien me esclavizó para maldecir tu hogar. – Le dice el espectro.
Guillermo solo mueve la cabeza y hace notar la furia empuñando sus manos.
– Te aconsejo que no te quedes en esta casa Guillermo o tendrás que ver hasta la eternidad el engaño de tu mejor amigo. Si te sirve de consuelo, tu mujer no es cómplice, ella aún te sigue amando y solo aceptó estar con él por capricho de soledad.
– Lo sé espectro – dice el espíritu – sé que mi esposa me ama y aún en mi ausencia, lo puedo ver en su rostro. – Mirando fijamente el rostro triste de su mujer.
– El verdadero amor es eterno Guillermo. – responde el espectro.
03:30
La alarma de un reloj comienza a sonar e interrumpe el dialogo de Guillermo con el espectro, incluso pudo ser escuchada por la pareja de vivos en el patio. De un momento a otro el día oscureció y el calor se disipó con el frío, el espectro estaba sorprendido por el cambio mientras Guillermo entra a la casa.
– ¿Qué está pasando Guillermo? – pregunta el espectro.
Y ahí el espíritu responde apagando la alarma de su reloj de pulsera.
– Debo volver a la vida espectro. – Ahora la entidad no sabía que pasaba – Se me acaba el tiempo, debo volver a mi cuerpo.
– ¡Pero si te mataste para terminar la maldición!, no puedes resucitar…
En ese momento sobre la alfombra aparece el cuerpo de Guillermo, aún estaba concentrado, pero sin alma, sin espíritu, solo el estuche.
– Siempre estuve contigo como aura y mi objeto de contacto es el reloj, con él puedo volver a mi cuerpo. Con el libro aprendí a desdoblarme y a realizar un par de trucos para engañarte… Quería que me mostraras al culpable de mis desgracias y ya lo hiciste. Nunca me maté espectro, solo viste un simple truco en la cocina.
– ¡No puedes engañar a un espectro! – Grita enojado – ¡voy a continuar con la maldición en tu hogar y con más energía negativa!
– Sabía que me querías muerto, por eso me ocultaste algo importante espectro. La maldición puede volver en contra de quien la realiza y con un mayor grado de intensidad, y solo un espíritu puede sentenciarte a obedecer. “¡Así que te exijo volver a tu fuente y maldigas a quien te concibió!”
El espectro desaparece enfurecido ya que no puede quebrantar una ley del mundo paralelo y Guillermo retorna a su cuerpo.
03:33
Guillermo despierta de la concentración, se levanta en la oscuridad, entra a la cocina a beber un vaso de agua, sube y besa a sus tres hijos y se acomoda al lado de su esposa para dormir placenteramente. Sabía que desde mañana volverá a prosperar su vida.
Autor: Consciencia12
Imagen: Pete Linforth en Pixabay